Autointerrogatorio
elaborado: explicar por qué un concepto es
verdadero.
Autoexplicación: explicar la relación existente entre lo que has aprendido
nuevo, y la información anterior.
Hacer resúmenes: resumir los textos para aprenderlos mejor.
Destacar y
subrayar: marcar las partes más importantes.
Técnicas
mnemotécnicas: asociar palabras
clave e imágenes con conceptos.
Releer: leer y volver a leer una y otra vez el mismo texto.
Intercalar
estudios: distribuir en el tiempo de
estudio diferentes asignaturas.
Mapas mentales: crear un mapa mental puede ser una buena forma para resumir y
tener las ideas bien organizadas.
Fichas de
estudio: crear fichas de estudio puede
ayudarte a asimilar mejor algunos datos muy concretos, fechas, o vocabulario,
por ejemplo.
Crear tests: con los tests, puedes comprobar fácilmente qué temas
llevas mejor y peor. Puedes compartir exámenes con tus compañeros para poneros
a prueba mutuamente.
Establecer un
calendario: organizar el estudio es una de
las formas más útiles para aprender mejor. Elabora un calendario y divide
las horas que vas a dedicar para estudiar.
Recursos
visuales: si tienes una buena memoria
visual, realizar dibujos o asociar conceptos con imágenes puede ser una muy
buena idea.
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